La función del anticongelante, ¿por qué es imprescindible para los vehículos?

La refrigeración es vital para el mantenimiento y funcionamiento de los motores, dada la gran cantidad de calor que se genera durante su actividad. Para evitar problemas y, sobre todo averías, se utiliza el anticongelante, un producto que es útil durante todo el año, dado que absorbe el calor del motor para que este no se sobrecaliente, pero impide también que las piezas se congelen. 

Su uso es fundamental dentro del mantenimiento del vehículo, tanto para automóviles como de servicio pesado, dada su eficacia y la importancia que tiene para el funcionamiento adecuado del mismo.

Se trata de un producto que protege al motor de las temperaturas extremas, pero también actúa como lubricante, limpiando el circuito y evitando la oxidación de los componentes metálicos del sistema de refrigeración, gracias a sus propiedades anticorrosivas.

Este líquido responde a una mezcla de agua y un alcohol, monoetilenglicol (también conocido como MEG), componentes que son muy corrosivos, por lo que un anticongelante de calidad incluye un paquete de aditivos que le otorgan propiedades excepcionales contra la corrosión, pero también suma otras cualidades:

Inhibidores de corrosión. 

Antiespumantes: la espuma reduce la capacidad de refrigeración del anticongelante. La presencia de estos aditivos reduce la tensión superficial de este líquido y hace que sea muy complicado la formación de espuma y, en caso de que aparezca, su presencia será muy débil e insignificante.

Anticavitación: las presiones del circuito hidráulico forman pompas de vapor en el circuito que implosionan cuando chocan con alguna pieza metálica, estas explosiones destruyen la película de protección del metal favoreciendo su corrosión y erosión. Esto es la cavitación. Los vehículos pesados son especialmente sensibles a este fenómeno debido a la longitud de sus circuitos y sus efectos son especialmente apreciables en bombas de agua y las camisas de los cilindros.

Colorantes: para facilitar la identificación de las fugas en el circuito de refrigeración, se añade un colorante que les da color. Los más habituales son el amarillo, el verde, el azul o el rosa.

Clasificación de los anticongelantes

El anticongelante es una mezcla de agua, MEG y aditivos. Su clasificación se realiza en función del tipo de inhibidores de corrosión que contienen. De esta manera, estos productos se agrupan en refrigerantes inorgánicos (IAT), refrigerantes orgánicos (OAT) y refrigerantes híbridos.

Anticongelantes inorgánicos (IAT): utilizan como inhibidor de corrosión un agente inorgánico basado principalmente en el silicio o el fósforo. Estos agentes generan una película de protección que llega a todas las piezas metálicas del circuito de refrigeración del motor. Estos aditivos funcionan muy bien, pero se acaban muy pronto y generan residuos calcáreos conforme se consumen. Por lo tanto, estos anticongelantes hay que renovarlos cada 40.000 a 60.000 km.

Anticongelantes orgánicos (OAT): sus propiedades anticorrosivas se basan en ácidos orgánicos desactivados. Estos ácidos actúan únicamente en aquellas zonas con riesgo de corrosión por lo que se consumen más lentamente. Esto hace que también sean conocidos como refrigerantes Long Life y permite periodos de cambio más prolongados, bien cada 10 años o cada 150.000 km. Estos anticongelantes son biodegradables y atóxicos y para activarse necesitan un rodamiento de 1.000 y 2.000 km.

Anticongelantes híbridos: estos fluidos incluyen componentes inorgánicos (IAT) y orgánicos (OAT). Esta mezcla hace que este tipo de anticongelantes ofrezcan la mejor protección contra la corrosión. Por un lado, los inhibidores de corrosión inorgánicos protegen el circuito desde el principio, mientras que los inhibidores orgánicos ofrecen la protección a largo plazo. Son también líquidos de refrigeración Long Life y deben renovarse cada 10 años o 150.000 km. 

Dentro de los anticongelantes híbridos,  encontramos:

• • G12++: este anticongelante responde a una mezcla del 50% de MEG, cuyos inhibidores de corrosión son silicatos y ácidos orgánicos desactivados. También se conoce como Si-OAT, debido a su mezcla de inhibidores de corrosión.
  • G13: se trata de un Si-OAT similar al G12++, pero se diferencia en los tipos de alcoholes que se utilizan para evitar la congelación y aumentar la temperatura de ebullición de la mezcla. Estos alcoholes son MEG y una pequeña cantidad de glicerina. Dadas las características de estos componentes, este anticongelante debe utilizarse de manera exclusiva en aquellos vehículos del grupo VW que homologuen dicho refrigerante. 
  • G12evo: se trata de una evolución del G12++, pues además de silicatos y ácidos orgánicos desactivados añade fosfatos que mejoran la protección contra la corrosión. A estos líquidos refrigerantes también se les  denomina como Si-P-OAT. Es compatible con todos los líquidos de refrigeración y se trata del anticongelante recomendado cuando se busca la mejor protección del vehículo.  

A la hora de elegir el líquido refrigerante, lo recomendable es apostar por anticongelantes de calidad (en función del tipo indicado por el fabricante), y no mezclar distintos tipos de refrigerante. 

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