La función del lubricante es proteger las partes móviles de un mecanismo, reduciendo la fricción y el desgaste. También ejerce como refrigerador y se encarga de la limpieza, arrastre y eliminación de residuos.
Para garantizar al máximo su rendimiento, algunos lubricantes incluyen aditivos en su composición, gracias a los cuales potencian sus propiedades.
Si te fijas en la etiqueta sobre las características del lubricante o lees su ficha técnica, verás el término aditivo o aditivado en referencia a estos agentes que potencian su función.
¿Qué son los aditivos y por qué hay que implementarlos a los lubricantes? Los aditivos son sustancias químicas activas que se añaden al aceite para mejorar sus cualidades, agregar algunas o hacer que estos sean aún más eficientes.
Los aditivos tienen múltiples funciones, pero si nos ceñimos a la utilidad que tienen para los lubricantes destacamos las siguientes:
- Evitan la oxidación del aceite.
- Mejoran la fluidez del lubricante.
- Ralentizan el desgaste del fluido.
- Protegen a la maquinaria de combustiones o posibles fallos del aceite.
Tipos de aditivos en el lubricante
Existen varios tipos de aditivos en el mercado, pero voy a hacer un repaso de aquellos que son más habituales.
Podemos dividirlos en dos grupos: los que potencian las propiedades del aceite base y los que aportan nuevas propiedades al aceite base.
Comencemos por los que mejoran al aceite base, destacando los siguientes:
- Estos aditivos se encargan de frenar y ralentizar el proceso de oxidación. Evita la formación de ácidos, lodos y que se incremente la viscosidad del lubricante.
- Cuando el lubricante está sometido a baja temperatura, es más complicado que fluya. Este tipo de aditivo permite que pueda fluir con facilidad.
- Impiden que se formen burbujas de aire, que pueden acelerar el proceso de oxidación del lubricante.
- Evita la condensación del agua dentro de la máquina, gracias a la creación de una película lubricante.
Un ejemplo de este tipo de aditivos son los que encontramos en los lubricantes que se emplean para el mantenimiento del vehículo. Estas soluciones mejoran el rendimiento del vehículo y ayudan a mantenerlo en buen estado. También ofrecen protección al motor y la caja de cambios, entre otros componentes del vehículo.
Dentro del grupo de aditivos que aportan nuevas propiedades al aceite base, se encuentran:
- Detergentes: se trata de agentes limpiadores que actúan en la parte más importante del motor para mantenerla limpia de residuos. Además, combaten los efectos de las altas temperaturas evitando la oxidación del lubricante.
- Antidesgaste: estos aditivos impiden que las partes móviles se unan. ¿Cómo? Creando una película de lubricante que se adhiere a las superficies metálicas para que no haya contacto metal-metal.
- Dispersantes: estabilizan los residuos contaminantes del lubricante, como los lodos de la gasolina o las partículas de hollín de los motores diésel. También ralentizan los efectos negativos del desgaste, bloqueo de los filtros o el incremento de viscosidad.
- Modificadores de fricción: reaccionan químicamente con las superficies metálicas creando una fina capa protectora.
Este tipo de aditivos pueden añadirse al aceite de motor, aceite de caja de cambios o el depósito de combustible del vehículo, aunque siempre debes tener en cuenta las recomendaciones de tu mecánico de confianza o las indicaciones del manual de instrucciones del vehículo.
Por ejemplo, los aditivos que se añaden al motor, lubrican, limpian el motor y garantizan el funcionamiento del sistema de combustible y del catalizador. Es por ello qué su uso ayuda a prolongar la vida útil del mismo.
Desde LUFILSUR siempre recomendamos el uso de lubricantes de máxima calidad, algo imprescindible para la protección de automóviles, maquinaria industrial o vehículos de servicio pesado.
No renuncies a la calidad y elige siempre los productos adecuados y que garanticen una protección superior a tu equipo, aplicación o coche.
